La activación es un paso importante en la galvanoplastia, en el que las películas superficiales más finas, como óxidos, carbonatos, silicatos y sulfuros, se eliminan del metal para garantizar una buena adherencia para la galvanoplastia posterior.
Este proceso suele realizarse químicamente, pero Swiss Armoloy prefiere el pretratamiento mecánico, ya que es más suave con la pieza.
El resultado es una superficie más fina, compacta y regular, sin depósitos de hidrógeno, que podrían dar lugar a una estructura quebradiza del material y requerirían un calentamiento elevado (unas 6 horas de revenido a unos 300°C) para romperlos. Gracias a este suave pretratamiento mecánico, una temperatura máxima de transformación de 60°C es suficiente para los procesos posteriores.